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miércoles, 22 de abril de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (XXXVI)


SONETO AMOROSO



Tras siempre arder, nunca consumirme;

y tras siempre llorar, nunca acabarme,

tras tanto caminar, nunca cansarme;

y tras siempre vivir, jamás morirme;


después de tanto mal, no arrepentirme;

tras tanto engaño, no desengañarme;

después de tantas penas, no alegrarme;

y tras tanto dolor, nunca reírme;


en tantos laberintos, no perderme,

ni haber, tras tanto olvido, recordado,

¿qué fin alegre puede prometerme?


Antes muerto estaré que escarmentado:

ya no pienso tratar de defenderme,

sino de ser de veras desdichado.

Francisco de Quevedo

Francisco de Quevedo - Wikipedia, la enciclopedia libre


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