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domingo, 5 de abril de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (XIX)


LA ÚLTIMA COSTA


Había una barcaza con personajes torvos,
en la orilla dispuesta. La noche de la tierra,
sepultada.

            Y más allá aquel barco, de luces mortecinas,
en donde se apiñaba, con fervor, aunque triste, 
un gentío enlutado.

              Enfrente, aquella bruma
cerrada bajo un cielo sin firmamento ya.
Y una barca esperando, y otras varadas.

Llegábamos exhaustos, con la carne tirante, algo seca.
Un aire inmóvil, con flecos de humedad,
                                                                flotaba en el lugar

Todo estaba dispuesto,
                                   La niebla, aún más cerrada,
exigía partir. Yo tenía los ojos velados por las lágrimas.
Dispusimos los remos desgastados
y como esclavos, mudos,
empujamos aquellas aguas negras.

Mi madre me miraba, muy fija, desde aquel barco,
en el viaje aquel de todos a la niebla.                                         



Francisco Brines: Si tus dudas coinciden con las mías | Cultura ...

sábado, 4 de abril de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (XVIII)


Y no tendrá dominio la muerte

Y no tendrá dominio la muerte.
Los desnudos muertos se confundirán
con el hombre del viento y la luna del Oeste;
ya roídos sus huesos y desaparecidos,
aún tendrán estrellas en sus manos y a sus pies;
aunque enloquezcan cuerdos serán,
aunque se hundan en el mar volverán a subir;
aunque se pierdan los amantes no se perderá el amor;
y no tendrá dominio la muerte.

Y no tendrá dominio la muerte.
Largamente, bajo los remolinos del mar
yacerán, pero no morirán con pavor;
torcidos en el potro, los tendones rasgados,
atados a la rueda, no se romperán;
en sus manos la fe se partirá en dos,
y el unicornio del mal los traspasará;
hendidas sus entrañas, no se quebrarán,
y no tendrá dominio la muerte.

Y no tendrá dominio la muerte.
Ya nunca en sus oídos gritarán las gaviotas,
ni el rompiente clamor de las olas;
donde una flor se abrió, nunca más una flor
alzará su cabeza al soplo de la lluvia;
aunque locos y muertos como clavos, martillos
serán: en las flores surgirán sus cabezas,
abiertas en la luz hasta que el sol se caiga;
y no tendrá dominio la muerte.


Dylan Thomas ( Traducción José Ángel Valente)



And death shall have no dominion.
Dead man naked they shall be one
With the man in the wind and the west moon;
When their bones are picked clean and the clean bones gone,
They shall have stars at elbow and foot;
Though they go mad they shall be sane,
Though they sink through the sea they shall rise again;
Though lovers be lost love shall not;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
Under the windings of the sea
They lying long shall not die windily;
Twisting on racks when sinews give way,
Strapped to a wheel, yet they shall not break;
Faith in their hands shall snap in two,
And the unicorn evils run them through;
Split all ends up they shan't crack;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
No more may gulls cry at their ears
Or waves break loud on the seashores;
Where blew a flower may a flower no more
Lift its head to the blows of the rain;
Though they be mad and dead as nails,
Heads of the characters hammer through daisies;
Break in the sun till the sun breaks down,
And death shall have no dominion.




Dylan Thomas: la bestia, el ángel y el loco | El Cultural

viernes, 3 de abril de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (XVII)


ENCUENTROS HUMANOS


He encontrado personas que,
cuando se les preguntaba por su apellido,
contestaban tímidamente - como si no tuviesen derecho
a ser nombradas-
“señorita Christian”, y luego:
“como el nombre de pila”, querían facilitar el recuerdo,
no algo difícil como ‘Popiol’ o ‘Babendererde’ -
“como el nombre de pila” - ¡por favor,
no fuerce su memoria!

He encontrado personas que
crecieron junto a sus padres y cuatro hermanos en un cuarto,
y de noche, con los dedos metidos en los oídos, estudiaban
cerca del horno de la cocina,
surgían, por fuera bellas y elegantes como condesas
e internamente suaves y laboriosas como Nausicaa,
llevaban la frente pura de los ángeles.

Muchas veces me pregunté sin encontrar respuesta
de dónde viene lo suave y lo bueno,
aún no lo sé y ahora debo marcharme.



John Raimo on Twitter: "Albrecht Schöne zu Gottfried Benn ...

jueves, 2 de abril de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (XVI)


UN RELATO EMPEZADO


Para el nacimiento de un niño
el mundo nunca está preparado.

Nuestras naves no han regresado de Vinlandia.
El paso de San Gotardo está por cruzar.
Habrá que burlar la guardia del desierto de Thor,
abrir camino hasta el centro de Varsovia por las alcantarillas,
buscar acceso al rey Haraldo el Pella
y esperar la caída del ministro Fouché.
Sólo en Acapulco
volveremos a empezar.

Se nos ha agotado la reserva de vendajes,
de fósforos, argumentos, prensas hidráulicas y agua.
No tenemos camiones ni el apoyo de los Ming.
Con este jamelgo no sobornaremos al sheriff.
Por ahora, sin noticias de los cautivos del Khan.
Nos urge una nueva cueva más cálida para el invierno
y alguien que conozca la lengua harari.

No sabemos quién en Nínive es de confianza,
qué condiciones propondrá el cardenal duque,
qué nombres yacen aún en el cajón de Beria.
Dicen que Carlos Martel atacará  mañana.
Así las cosas, aplaquemos a Kéops,
alistémonos voluntarios,
cambiemos de religión,
finjamos ser los amigos del dux
y no tener relación alguna con la tribu de Kwabe.

Se acerca la hora de encender las fogatas.
Mandemos aviso telegráfico a la abuela de Zabierzów.
Desanudemos las correas de la yurta.

Ojalá el parto sea fácil
y el niño crezca sano.
Que sea a veces feliz
y salve a saltos los abismos.
Que su corazón tenga aguante
y su mente vigile y alcance a ver lejos.

Pero no tan lejos
como para ver el futuro.
Ahorradle este don, poderes celestiales. 

  Wislawa Szymborska

(Traducción de Ana María Moix y Jerzy Wojciech Slawomirski)

Wislawa Szymborska: "No carece de encanto un mundo tan terrible ...

miércoles, 1 de abril de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (XV)


                 LA FUENTE

Joven, te ofrezco el don de esta copa de plata
para que un día puedas colmar la sed ardiente,
la sed que con su fuego más que la muerte mata.
Mas debes abrevarte tan sólo en una fuente,
otra agua que la suya tendrá que serte ingrata,
busca su oculto origen en la gruta viviente
donde la interna música de su cristal desata,
junto al árbol que llora y la roca que siente.
Guíete el misterioso eco de su murmullo,
asciende por los riscos ásperos del orgullo,
baja por la constancia y desciende al abismo
cuya entrada sombría guardan siete panteras:
son los Siete Pecados las siete bestias fieras.
Llena la copa y bebe: la fuente está en ti mismo.
                                    Rubén Darío
El Microscopio» de Rubén Darío | La Gente | Radio La Primerísima

martes, 31 de marzo de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (XIV)

Para Gema, para Ana

   

        PARA LOS MUERTOS

Soñé que te llamaba por teléfono
para decirte: Sé amable contigo misma
pero estabas enferma y no me respondías

el derroche de mi amor continúa de este modo
intentando salvarte de ti misma

siempre me ha maravillado la energía
sobrante, la manera como el agua corre colina abajo
mucho después de que la lluvia haya cesado

o el fuego que quieres dejar para irte a la cama
pero no puedes, quemándose pero no quemado
los carbones rojos más extremos, más curiosos
en su resplandor y su muerte
de lo que tú querrías,
velando bien pasada la medianoche.

    Adrienne Rich  (traducción de Hilario Barrero)

    

         FOR THE DEAD

I dreamed I called you on the telephone
to say: Be kinder to yourself
but you were sick and would not answer

The waste of my love goes on this way
trying to save you from yourself

I have always wondered about the left-over
energy, the way water goes rushing down a hill
long after the rains have stopped

or the fire you want to go to bed from
but cannot leave, burning-down but not burnt-down
the red coals more extreme, more curious
in their flashing and dying
than you wish they were
sitting long after midnight

Adrienne Rich, la poeta referente del feminismo



lunes, 30 de marzo de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (XIII)


EL PALACIO DE INVIERNO


Con los años aprenden algo más casi todos:
a mí eso me interesa más bien poco

Gasté el segundo cuarto de siglo en olvidar
lo que había aprendido en la universidad,

y sin querer ponerme al tanto de lo nuevo,
no me suenan los nombres que aparecen impresos,

y hay quien juzga ofensivo
que haya olvidado algunas caras, algunos sitios,

Merecerá la pena, si al final, he logrado
eliminar aquello que está haciéndome daño.

Entonces no habrá nada que saber. Y mi mente
se plegará en sí misma. como el campo y la nieve.

                                          Philip Larkin 

(Traducción José Manuel Benítez Ariza)

Most people know more as they get older:
I give all that the cold shoulder.
I spent my second quarter-century
Losing what I had learnt at university.
And refusing to take in what had happened since.
Now I know none of the names in the public prints,
And am starting to give offence by forgetting faces
And swearing I’ve never been in certain places.
It will be worth it, if in the end I manage
To blank out whatever it is that is doing the damage.
Then there will be nothing I know.
My mind will fold into itself, like fields, like snow.

Poesía reunida' de Philip Larkin

domingo, 29 de marzo de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (XII)


CALLOS A LA PORTUENSE


Un día en un restaurante fuera del espacio y del tiempo
me sirvieron el amor como callos fríos.
Con delicadeza le dije al misionero de la cocina
que los prefería calientes,
que los callos (eran a la portuense) nunca se comen fríos.

Se impacientaron conmigo.
No se puede tener siempre razón, ni siquiera en un restaurante.
No comí, no pedí otra cosa, pagué la cuenta
y salí a pasear a la calle.

¿Quién sabe qué quiere decir esto?
Yo no lo sé, y me pasó a mí...

(Bien sé que en la infancia de todo el mundo hay un jardín,
particular o público o del vecino.
Bien sé que nuestros juegos eran su dueño.
Y que la tristeza es de hoy).

Sé eso muchas veces,
pero si pedí amor, ¿por qué me trajeron
callos a la portuense fríos?
No es un plato que se pueda comer frío,
pero frío me lo trajeron.
No me quejé, pero estaba frío;
nunca se puede comer frío, pero vino así, frío.
                  
             Fernando Pessoa (Traducción de Martín López- Vega)

Fernando Pessoa, Todo arte es una forma de literatura






sábado, 28 de marzo de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (XI)


LIBERTAD

En mis cuadernos escolares
en mi pupitre y en los árboles
en la arena en la nieve
yo escribo tu nombre.

En todas las páginas leídas,
en todas las páginas blancas
piedra sangre papel o ceniza
Yo escribo tu nombre.

En las estampas doradas
en las armas de los guerreros
en la corona de los reyes
yo escribo tu nombre.

En la jungla y el desierto
en los nidos en la retama
en el eco de mi infancia
yo escribo tu nombre.

En la maravilla de las noches
en el pan blanco de los días
en las estaciones novias
yo escribo tu nombre

En todos mis trapos de azul
en el estanque sol enmohecido
en el lago luna viva
yo escribo tu nombre.

En los campos en el horizonte
en las alas de los pájaros
y en el molino de las sombras;
yo escribo tu nombre.

En cada bocanada de la aurora
en el mar de los barcos
en la loca montaña,
yo escribo tu nombre.

En el musgo de las nubes
en el sudor de la tormenta
en la lluvia densa y desabrida
yo escribo tu nombre.

En las formas centellantes
en las campanas de colores
en la verdad física
yo escribo tu nombre.

En los senderos despiertos
en los caminos desplegados
en las plazas desbordantes
yo escribo tu nombre.

En la lámpara que se enciende
en la lámpara que se apaga
en mis casas reunidas
yo escribo tu nombre.

En el fruto dividido
del espejo y de mi cuarto
en mi lecho, caracol vacío
yo escribo tu nombre.

En mi perro goloso y tierno
en sus orejas enhiestas
en su pata torpe
yo escribo tu nombre.

En el trampolín de mi puerta,
en los objetos familiares
en la oleada del fuego bendito
yo escribo tu nombre.

En toda carne entregada
en la frente de mis amigos
en cada mano que se tiende
yo escribo tu nombre.

En el cristal de las sorpresas
en los labios atentos
por encima del silencio
yo escribo tu nombre.

En mis refugios destruidos
en mis faros derrumbados
en los muros de mi tedio
yo escribo tu nombre.

En la ausencia sin deseos
en la soledad desnuda
en los peldaños de la muerte
yo escribo tu nombre.

En la salud recobrada
en el peligro desaparecido
en la esperanza olvidada
yo escribo tu nombre

Y en el poder de una palabra
empiezo de nuevo mi vida
He nacido para conocerte
Para nombrarte

LIBERTAD


Paul Éluard (Taducción Manuel Álvarez Ortega)


Paul Éluard: biografía y obra - AlohaCriticón




viernes, 27 de marzo de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (X)


CONSIDERANDO, EN FRÍO, IMPARCIALMENTE


Considerando en frío, imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina…

Considerando
que el hombre procede suavemente del trabajo
y repercute jefe, suena subordinado;
que el diagrama del tiempo
es constante diorama en sus medallas
y, a medio morir, sus ojos estudiaron,
desde lejanos tiempos,
su fórmula famélica de masa…
Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y, sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona…
Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza
en la cabeza…
Examinando, en fin,
sus encontradas piezas, su retrete,
su desesperación, al terminar su día atroz,
borrándolo…
Comprendiendo
que él sabe que le quiero,
que le odio con afecto y me es, en suma,
indiferente…
Considerando sus documentos generales
y mirando con lentes aquel certificado
que prueba que nació muy pequeñito…
le hago una seña,
viene,
y le doy un abrazo, emocionado.
¡Qué más da! Emocionado…Emocionado…
                    César Vallejo
Poesía nueva» y «El hombre moderno» de César Vallejo | Revista Aullido

jueves, 26 de marzo de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (IX)


         A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.


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miércoles, 25 de marzo de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO ( VIII )


A MI MADRE

(Reivindicación de una hermosura)


Escucha en las noches cómo se rasga la seda

y cae sin ruido la taza de té al suelo

como una magia

tú que sólo palabras dulces tienes para los muertos

y un manojo de flores llevas en la mano

para esperar a la Muerte

que cae de su corcel, herida

por un caballero que la apresa con sus labios brillantes

y llora por las noches pensando que le amabas,

y dice sal al jardín y contempla cómo caen las estrellas

y hablemos quedamente para que nadie nos escuche

ven, escúchame hablemos de nuestros muebles

tengo una rosa tatuada en la mejilla y un bastón con
            empuñadura en forma de pato]

y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra

y ahora que el poema expira

te digo como un niño, ven

he construido una diadema

(sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve)



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martes, 24 de marzo de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (VII )


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A veces uno recuerda una parte de un poema, encuentra un papel.... y está cansado de Google:

Es existir su ascender
sin cesar se supera a sí mismo para inscribirse]
en la constelación cambiante de su continuo peligro].
Allí le descubren pocos.
Lo que a nosotros el destino callara],
en su canto lo anuncia a él entre el torbellino]
de su mundo de rumores profusos.

                                                               Rilke



lunes, 23 de marzo de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (VI )


CONFIANZA

Mientras haya
alguna ventana abierta,
ojos que vuelven del sueño,
otra mañana que empieza.

Mar con olas trajineras
—mientras haya—
trajinantes de alegrías,
llevándolas y trayéndolas.

Lino para la hilandera,
árboles que se aventuren,
—mientras haya—
y viento para la vela.

Jazmín, clavel, azucena,
donde están, y donde no
en los nombres que los mientan.


Mientras haya
sombras que la sombra niegan,
pruebas de luz, de que es luz
todo el mundo, menos ellas.

Agua como se la quiera
—mientras haya—
voluble por el arroyo,
fidelísima en la alberca.

Tanta fronda en la sauceda,
tanto pájaro en las ramas
—mientras haya—
tanto canto en la oropéndola.

Un mediodía que acepta
serenamente su sino
que la tarde le revela.

Mientras haya
quien entienda la hoja seca,
falsa elegía, preludio
distante a la primavera.

Colores que a sus ausencias
—mientras haya—
siguiendo a la luz se marchan
y siguiéndola regresan.

Diosas que pasan ligeras
pero se dejan un alma
—mientras haya—
señalada con sus huellas.

Memoria que le convenza
a esta tarde que se muere
de que nunca estará muerta.

Mientras haya
trasluces en la tiniebla,
claridades en secreto, 
noches que lo son apenas.

Susurros de estrella a estrella
—mientras haya—
Casiopea que pregunta
y Cisne que la contesta.

Tantas palabras que esperan,
invenciones, clareando
—mientras haya—
amanecer de poema.

Mientras haya
lo que hubo ayer, lo que hay hoy,
lo que venga.



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domingo, 22 de marzo de 2020

LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO (V)

LA VIDA FURTIVA


Seguramente será como ahora. Estaré despierto,

iré arriba y abajo por el corredor. Como un minero

que sale de un pozo, me subirá 

desde el silencio de toda la casa, brusco,

el ronquido del ascensor. Me detendré a escuchar 

el abofeteo de puertas de metal y los pasos

en el rellano, y adivinaré el instante

en que arrancará a temblar la angustia del timbre.

Sabré quiénes son. Les abriré enseguida. Todo perdido,

que entren estos, a quienes se lo tendré que decir todo.

                                                    
                                                 GABRIEL FERRATER

                                         Traducción Mª Àngels Cabré


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